Ubicado a las afueras de Tucson, el Museo del Desierto de Sonora en Arizona fue fundado en 1951 por dos naturalistas locales. El enfoque se basó en la conservación con la visión de promover la apreciación de la flora y fauna únicas de la región. En 2007, el museo decidió ampliar sus instalaciones y contrató a Sundt como contratista general. La instalación presenta una combinación de nuevos edificios sostenibles. Entre las características verdes que se agregaron a través de esta expansión se incluyen: recolección de agua de lluvia, paneles fotovoltaicos, iluminación natural, un techo verde y una pared de vidrio móvil de 100 pies de largo que se abre a una vista panorámica del desierto. En 2007, el proyecto recibió el premio “Héroes de la horticultura”.